A tomar la fresca

Santa María de Guía, Gran Canaria. Islas Canarias, 2008
III Campus de Verano de las Artes de Guía “Luján Pérez”

Acción colectiva
Grupo humano con sillas interviniendo en zona de antiguas huertas del Barranco de Guía.


La idea propuesta fue ocupar brevemente los terrenos de cultivo actualmente abandonados, llevándose cada participante una silla de casa hasta la zona: salir de tu espacio individual y sentarse con los demás a pensar, preguntarse, dialogar. “Tomar la fresca” al atardecer como reivindicación poética de lo que nos queda de nuestros modos de vida colectiva popular.

La acción pretendió ser una propuesta colectiva, pues si bien es originada a partir de un agente propositor (el colectivo), precisa de la participación de cada individuo para ser llevada a cabo, dado su carácter insólito. Partiendo del cuerpo colectivo con todo su significado de grupo para ayudar a generar reflexiones tanto individuales como grupales.


CONTEXTUALIZACIÓN
A raíz de la obtención de una beca para la estadía de dos semanas en el Campus de Verano de las Artes de Santa María de Guía, localidad del noroeste de la isla de Gran Canaria, se pasa al estudio de un caso particular de gestión del territorio, que será el generador del proyecto propuesto.
El ayuntamiento de Sta. María de Guía, propone la realización de un proyecto de Parque Cultural para revitalizar la zona del barranco, antiguo cauce del río que desde los orígenes de la población ha sido usado como zona de huertas, siendo estas de edad centenaria. Actualmente se encuentran la mayoría en desuso, debido al desplazamiento de la economía local desde el sector primario al terciario, con el correspondiente abandono de la actividad agrícola.
La zona que ocuparía el parque es en su totalidad la correspondiente a las antiguas huertas.

Rodeando el parque, el ayuntamiento construirá nuevas viviendas acorde con el paisaje y la distribución por alturas de las casas colindantes, así como una nueva carretera de sentido único que lleve desde la parte inferior a la superior del pueblo, con la intención de peatonalizar el núcleo urbano, descongestionándolo de automóviles.

El proyecto del ayuntamiento pretende reactivar y revitalizar la zona y el pueblo, convirtiendo este espacio a escasa distancia del centro histórico en un lugar de encuentros y disfrute, pudiendo ser vínculo de unión e intercambio con otras localidades vecinas.


Visión aérea del antiguo estado de las huertas del barranco de Guía. Fte: Ayuntamiento.



La construcción de un parque cultural, necesita ser enfocada desde la contextualización espacial y social donde se ubica. Tener en cuenta la orografía original del terreno y las relaciones que podrían darse entre las gentes y habitantes es indispensable para la integración del proyecto en el conjunto global.


Vista del estado actual de las huertas del barranco de Guía.

El provisional nombre de “Parque Cultural”, abre varios espectros y posibilidades de actuación y conformación del espacio disponible que deben ser tratados desde un punto de vista local y crítico para garantizar la formación de un espacio de identidad y su aprovechamiento. Introducir aspectos y elementos totalmente ajenos al desarrollo histórico y social del territorio, desde esculturas que den “renombre” al pueblo, o construcciones típicas de ciudad turística (jardines espectaculares, césped, etc.), supondría el peligro de pérdida de identidad local, y conversión en un parque temático. En consecuencia la conversión de un espacio en una prótesis no funcional que podría llegar a tender al abandono o la inactividad, olvidando la riqueza de la cultura que en estos momentos ya contiene.

El proyecto “Revitalizar la huerta”, en el que se insiere la acción “A tomar la fresca”, propone la integración activa de los vecinos del pueblo en el proyecto, la revisión de una cultura local y una sociedad que ha sobrevivido a través del cultivo, y la utilización de un Parque Cultural, como una oportunidad de recuperar y enseñar a nuevas generaciones, la cultura propia del lugar. El planteamiento propone incluir dentro del proyecto del Parque Cultural el uso de parte de las antiguas huertas existentes en el barranco como huertos comunitarios, que estarían disponibles para los habitantes del municipio y asociaciones interesadas, con un carácter recuperador y valorador de la cultura local, sabiduría popular e identidad común.


DESCRIPCIÓN DE LA IDEA
Como parte de este proyecto de gran envergadura, que se presenta al ayuntamiento de la localidad, se propone una acción puntual con la intención de llamar la atención a los habitantes de la localidad, así como hacer partícipes de sus intenciones a todos los participantes de la acción.



La idea propuesta es ocupar brevemente los terrenos de cultivo actualmente abandonados, llevándose cada participante una silla de casa hasta la zona: salir de tu espacio individual y sentarse con los demás a pensar, preguntarse, dialogar. “Tomar la fresca” al atardecer como reivindicación poética de lo que nos queda de nuestros modos de vida colectiva popular.

La acción pretende ser una propuesta colectiva, pues si bien es originada a partir de un agente propositor (el artista), precisa del consentimiento y la participación de cada individuo para ser llevada a cabo, dado su carácter de algo no habitual. Partiendo del cuerpo colectivo con todo su significado de grupo para ayudar a generar reflexiones tanto individuales como grupales.

Está pensada a nivel a nivel simbólico, pues su intención es llamar la atención acerca de un problema que nos confiere a todos: la pérdida del vínculo con el medio natural y su trabajo, la actividad agrícola (en este caso). El abandono de la vida agraria ha sido algo creciente en las últimas décadas en la región norte de Gran Canaria, encaminándose la economía hacia el sector terciario, servicios. Abandonando la economía del sector primario abandonamos también modelos de vida ricos en sabiduría, haceres populares, modelos de relación hombre-medio natural más sostenibles que los actuales, etc.



Es una propuesta que va de lo particular (la localidad de Santa María de Guía) a lo general, pues todos los participantes tienen, de un modo o de otro, una herencia rural innegable junto a la experiencia de la pérdida del vínculo con lo natural.

¿Qué nos queda de aquel tipo de vida?, ¿cuál es su futuro?, ¿qué valor le da la sociedad actual a este tipo de vida y cultura?, ¿es posible aplicarlo en nuestro presente? Preguntas que pretenden ser planteadas con la realización de la acción.

MATERIALIZACIÓN
Días antes se convoca a los participantes del Campus y a algunos habitantes de Sta. María de Guía vinculados con el Campus mediante invitación verbal y el paso de una octavilla a participar en una acción en la que cada uno deberá llevar consigo desde su propio domicilio o desde donde pueda una silla, hasta la zona de las antiguas huertas del barranco.

En el día indicado se organiza espontáneamente una procesión de personas con sillas y bancos por las calles de Guía hasta la zona de huertas. Una vez allí el grupo forma un círculo en una de las huertas, y permanece durante una o dos horas, aproximadamente. La acción es documentada.


CONCLUSIONES
La iniciativa fue muy bien recibida por los participantes de la acción. Parece que generó la expectativa de que podría ser llevada a cabo también por la población local: asociaciones de vecinos, escuelas, etc.

Nos interesa el poder abordar estos temas desde la práctica artística y desde la tradición de la representación del paisaje: Qué implicaciones pueden tener temas de agroecología o memoria con cuestiones como paisaje y territorio. El modo en que el hombre ha usado y vivido en el territorio a lo largo del tiempo, construyendo así los paisajes con los que hoy en día contamos. Es un producto no solo fruto de factores naturales, sino también humanos (no solo en la destrucción de los bienes medioambientales, también en la formación de paisajes tan asumidos como “naturales” como los de Picos de Europa –acción del pastoreo- o Tierra de Campos –acción de la agricultura y el pastoreo-).